El Viento en mi Cuerpo

Veo que el viento nos visita, las ramas de los árboles golpetean en la ventana. Mis ojos se iluminan ante la inminente fiesta que se avecina, me visto corriendo con el vestido de vuelo, ese blanco que me cae a las rodillas, es tiempo de soltarse el cabello.

Salgo tan pronto puedo a recibir al viento que a mi llegada me levanta el vestido y juega con mi cabello. Me imagino las miradas de mis vecinos y levanto las manos al tiempo que giro y giro. No puedo evitar sonreirme.

Tener el cabello largo es una dicha en estos días, acabo con él en la boca y el peinado desecho pero muy feliz. No se a quién se le ocurrió que rubio era más bonito cuando este castaño brilla a la luz del sol y resalta mi piel apiñonada, que linda que soy.

Voy a la plaza donde llegan los turistas a tomar fotos, me siento a tomar una copa de vino y a saborear despacito un puñado de aceitunas mientras el viento se cuela entre mi vestido y me despierta la piel.

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