Plenitud

No quiero vivir para siempre en verano, ni en otoño, ni en invierno y ni si quiera en primavera. Qué caso estacionarse y vivir lo mismo... y lo mismo.

Cada frío en mi cuerpo me recuerda una tibia calidez y cada parte seca, el frescor. Mis valles hacen más bellas mis cimas, mis anhelos le dan sabor a mi camino... y lo cambian.

No quiero ser rojo, ni verde, ni azul o amarillo. Quiero ser el arco iris que aparece cuando al sol no le importa que esté lloviendo.

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