Miguel Arcángel

Dame la fuerza, mi fuerza;
desata mis miedos y
que como globos vuelen lejos.

Haz de mi una espada certera
que corte imposibles y temores,
y que íntegra permanezca
a los propios sueños.

Resplandece en mis ojos
para que en ellos brille bondad
como en los ojos del justo.

Despierta mi fuerza,
mi voluntad,
el fuego interno.

No permitas que me abandone
en sequías, diluvios o temblores.

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