El Che en una Feria de Libros Cubana

Sentada en mi banquito detrás del mostrador gusto de la lectura diaria de la prensa. Una nota me despierta el interés y comienzo a preguntarme cómo será una feria del libro en Cuba, no puedo imaginarme el tipo de asistentes ¿niños de escuela? ¿personas retiradas? ¿la gente tendrá planes de retiro en Cuba?... Una mueca a manera de sonrisa se me escapa ante mi pobre ignorancia, pero no resisto la tentación de seguir tratando de dibujar por lo menos una escena en la que figuren libros, una escultura del Che niño donada por un museo de Argentina y Cuba como fondo.

Se me antoja sentirme conmovida, primero porque los libros forman una parte importante de mi vida y luego por que un homenaje al Che siempre parte el alma. Cuba le agrega un toque misterioso por mis eternas preguntas sobre la realidad cubana.

Podría leer de Cuba, escuchar sus sones y contemplar una que otro foto y aún con todo saber que se me escapa de la realidad.

Y luego viene el triste cierre de lo que podría ser una linda nota en el periódico sobre una fiesta de libros al traer al Che en el medio cubano y contar ya 40 años de jodida desgracia desde que Ernesto fue capturado en las selvas de Bolivia y ejecutado a tiros un 9 de octubre de 1967.

Foto: Ernesto Guevara a los 17 años. Museo Che Guevara.