La evidencia de lo que he vivido

De frente en el espejo miro mis canas, única evidencia de todo lo que he vivido:

Los innumerables pasos hacia algún destino o aquellos que sólo eran parte de un paseo sin rumbo fijo. Los pasos que he dado porque no quería llegar a ningún lugar y aquellos que fueron parte de una carrera en mi lucha por recuperar mi vida.

Las gloriosas comidas junto a una gran compañía y también aquellas que en la soledad disfruté. Mis canas también saben de aquellas comidas donde cada bocado se atoraba en mi garganta simplemente porque el alma no estaba de humor para ningún manjar.

Mis canas se manifiestan para insinuarme que mi cuerpo también ha cambiado y que peculiarmente cada día me gusta más, será que cada día lo siento más mio o que finalmente estoy cayendo suavemente, muy despacio, en amor hacia mi.

Y pese a los incontables rostros que mis ojos han visto, los amaneceres y atardeceres me siento tan inexperta, tan niña descubriendo a penas el propósito de estar viva.